En el film Farenheit 451 la perdurabilidad de los libros dependía de la memoria de las personas , de los ‘hombres-libro’.
En la época de Internet, en que la persistencia de la información – independientemente de su calidad o veracidad - parece incuestionable, renace una sombra de duda:
Buscaba hoy un post que creo recordar vi en el blog jaio-la-espia, en blogalia, respecto al ancho de vía de la red de transporte, y descubro que ha desaparecido. Sólo aparecen referencias cruzadas y parciales en Google. El documento, como yo lo conocí, ha desaparecido.

Finalmente , gracias a la chaché de Google, lo recupero y lo reinyecto a la red , pero las preguntas siguen en el aire: ¿Habrá que replantear el argumento de Farenheit 451?. ¿A qué temperatura arderá la www?. ¿Habrá vida más allá de la caché de Google?, ¿Cómo serán los ‘hombres libro’ en la telarańa global?.

El texto original

Paradojas de la Historia: los romanos tienen la culpa.

Este texto lo he reelaborado de un documento que me llegó por correo hace cuatro años. Ignoro quién es el autor del texto original.

El ancho de vía en los ferrocarriles de Estados Unidos es de 4 pies y 8,5 pulgadas. Es una medida bastante extraña. Y esto viene dado porque así es como se hacía en Gran Bretaña y las vías americanas fueron construidas por ingleses expatriados.

Los ingleses usaban ese ancho porque los primeros ferrocarriles fueron construidos por las mismas personas que habían construido los antiguos tranvías y esta es la anchura que usaban. Los ingleses usaban tal cifra para los tranvías porque utilizaban las mismas plantillas y herramientas que se usaban para construir carruajes, los cuales usaban ese espacio entre ruedas.

Los carruajes usaban esa extraña distancia entre ruedas porque si hubiesen usado otra cualquiera se hubiesen roto en algún viejo camino inglés, ya que esa es la distancia entre las "roderas".

Las primeras carreteras de larga distancia en Europa (e Inglaterra) fueron construidas por el Imperio Romano para sus legiones y han sido usadas desde entonces. Los carros de guerra de las legiones romanas formaron las roderas iniciales, que cualesquiera otros tenían que imitar por miedo a destruir las ruedas de sus carruajes. Ya que los carros fueron hechos para (o por) el Imperio Romano, eran todos iguales en cuanto a espacio entre ruedas. De donde se deduce que el ancho de vía standard en USA de 4 pies y 8,5 pulgadas deriva de las especificaciones originales para un carro de guerra romano. Carros de guerra que se construían para acomodar el ancho justo del trasero de dos caballos.

Con lo que tenemos que el tamaño del culo del caballo romano ha sido la medida exacta para viajar en carro, en diligencia, en tren, en autobús y en automóvil.

Pero no queda ahí la cosa. Hay una interesante coda a la historia acerca de anchos de vía y culos de caballo. Cuando vemos una Lanzadera Espacial en su rampa de lanzamiento, notaremos dos grandes cohetes unidos a los lados del principal tanque de combustible. Son los llamados SRB (Solid Rocket Boosters) y son construidos por Thiokol en su factoría de Utah. Los ingenieros que los diseñaron habrían preferido hacerlos algo más anchos, pero los SRBs han de ser enviados por tren desde la fábrica hasta el lugar de lanzamiento. La línea férrea pasa por un túnel en las montañas y los SRBs han de caber a través de ese túnel, el cual es ligeramente más ancho que el propio ancho de la vía, la cual es aproximadamente del ancho de dos traseros de caballo. Así pues, el diseño de los cohetes impulsores del más avanzado sistema de transporte del mundo fue determinado hace dos mil años por el ancho del culo de un caballo romano. O de dos.