No siempre somos conscientes de la carga erótica de la publicidad.

Mi primer contacto con los mensajes ocultos en la publicidad - frecuentemente relacionados con el erotismo y emitidos a nivel subliminal - fue gracias a Eduardo García Matilla, persona muy vinculada al mundo de la radio y la televisión y profesor universitario. En su libro ‘Subliminal, escrito en nuestro cerebro’, un libro magnífico, hoy desgraciadamente descatalogado, Eduardo diseccionaba plano a plano escenas de películas: Psicosis, el Exorcista… y anuncios televisivos de esos con los que cotidianamente nos bombardean decenas de veces. Al final, de la mano del autor, aparecían unos resultados y conclusiones realmente sorprendentes.

Siempre he lamentado haber perdido el libro por la técnica del Bookcrossing forzado, o sea, que se lo presté a un espabilado que se lo quedó…

Contacté en una ocasión con Eduardo García para pedirle autorización para incluir algunas de sus imágenes en un libro que estaba publicando, en un capítulo de Interfases gráficas de usuario , ya que el cerebro, tiene esa capacidad de percepción inconsciente que de cara a la usabilidad es muy interesante intentar explotar. Debo decir que como magnífica persona que es accedió y por ello tiene mi mayor agradecimiento. (Por cierto mi libro también está descatalogado…)

Volviendo al libro de Eduardo García y a título de ejemplo, en la propia portada, que he bajado de Internet, incluía un anuncio de un conocido licor. En el interior de la botella, si nos fijamos bien… Hasta diría más: es tal el impacto subconsciente, que es posible que sólo con esa imagen, muchos podáis recordar incluso la marca del coñac.

                                                   

Todos los manuales de publicidad subliminal empiezan con el caso de la coca cola y el fotograma. Cuando profundizamos un poco, vemos que el mensaje no siempre tiene que estar basado en una imagen explícita que desprenda erotismo.

En ocasiones ‘casualmente’, se nos presenta una palabra, por ejemplo, ‘sex’ (para variar), llamando nuestra atención sobre un producto. En las imágenes que siguen, la encontramos escrita sobre los cubitos de hielo, en el anuncio de la ginebra Gilbey’s (un clásico), y, en otro ejemplo, en las latas de Pepsi, que individualmente no transmiten nada, pero, convenientemente apiladas en pacs, en el súper, cuando pasamos por delante de ellas, nos GRITAN, llaman poderosamente nuestra atención. ¡Lo importante es vender!.

                                       

El caso es que el tema, ya bastante olvidado, se me refrescó recientemente, cuando visité por casualidad http://www.eros.coloribus.com/index.htm un fotolog de mensajes visuales más o menos eróticos, en general, a veces a nivel subliminal, y casi siempre ligados al mundo de la publicidad. Visitar la página es casi una sesión de psicoanálisis, que una vez experimentada, posiblemente, junto con la lectura de algún libro o artículo al respecto, hará que no volvamos a ver jamás la publicidad con la falta de prejuicios y la inocencia del buen salvaje.