En estos tiempos en que se nos propone (cada vez con menos énfasis) la inteligencia artificial apoyada en la ingenieria del conocimiento como paradigma de la implacable (y siempre aplazada) superación del hombre por la máquina, me pasan dos cosas por la cabeza que no me puedo resistir a poner en negro sobre blanco.

Una es conocida desde hace ya mucho tiempo, la opinión al respecto del añorado Edsger Dijkstra >4 .../.. 'El esfuerzo de utilizar las máquinas para emular el pensamiento humano siempre me ha parecido bastante estúpido. Preferiría usarlas para emular algo mejor'...

La otra es una posible respuesta al desafío anterior, desplazar el ordenador desde el ámbito de la inteligencia al de la afectividad, como está proponiendo estos días en Valencia (CAMPUSTI >1) la Dra. Rosalind Picard. Directora del Affective Computing Research del Media Lab MIT >2...
'La comunicación afectiva trae la posibilidad de que los ordenadores reconozcan expresiones de emoción como un paso hacia la interpretación de lo que el usuario puede estar sintiendo. Los aspectos que implica son, además de la comunicación afectiva, entender y modelar emociones, sintetizarlas en máquinas, establecer sensores para captar las emociones humanas y las diferentes aplicaciones prácticas derivadas de todo ello (aprendizaje, prevención de riesgos, accesorios, robótica, tecnologías de persuasión y cambios comportamentales). (programa del curso en >3).

>1 http://www.campus-ti.org/
>2 http://web.media.mit.edu/%7Epicard/
>3 http://www.campus-ti.org/cursoshtml/curso-a1-ordenadorafectivo-inferior.html#ampliarinformacion
>4 http://www.cs.utexas.edu/home/news/articles/index2002/ewdobit.html